Me encanta Le Fumoir y desde hace años sigue siendo uno de mis cafés preferidos de París. Es perfecto para hacer una pausa en cualquier momento y estación del año. En invierno por sus acogedores salones y en verano por su terraza, siempre está animadísima.
Me gusta para esos domingos sin horarios, a la hora del brunch o más tarde, no pasa nada, siempre ofrecen una carta de snacks, a cualquier hora del día.
El ambiente es de gente chic, la decoración cuidada y charmante y el servicio rápido y amable. Además en su mayoría hablan inglés ya que clientela es en gran parte internacional.
Encontrarás parejas disfrutando de una tertulia y un juego de mesa como el ajedrez y las damas. Allí aprendía a jugar al backgammon con un amigo.
Una de las ultimas veces que fui había un guitarrista que tocaba una especie de fusión entre flamenco y jazz manouche, ¡me chifló!
Le Fumoir
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